Historia original solo pasatiempo (nada es real)

Hace dos días maté a una persona.

No la odiaba ni la conocía.

Más allá del por qué lo hice , en lo único en lo que puedo pensar es.  

Por qué siento tanta claridad.

Desde que tengo memoria vivo en un barrio peligroso, mis padres no me permiten salir durante la noche diciendo que algo malo podría pasar.

Aún asi no hace falta salir para que algo malo pase.

Siempre hubo conflictos dentro de casa, ellos discutían y a veces llegaba a mi, desde que recuerdo supe que fui lo peor que les podía suceder en su situación, esto ya no me pone triste ya que entiendo ahora como se sentían, pero preferí no darles importancia desde muy joven.

siempre me fatigaba tener cualquier conflicto no importa con quién fuera o que tan pequeño el conflicto era.

Simplemente me parecía agotador.

Entonces yo me la pasé viviendo al margen durante una buena parte de mi vida.

Era invisible.

Lo era porque así lo quería yo, así lo decidí y me parece que fue una opción que me traería paz.

Hasta qué llegó el día en el que un compañero de salón se metía conmigo sin razón aparente, haciendo comentarios de mal gusto y muecas que me molestaron durante alrededor de dos años.

No podía explicar como sus acciones pequeñas o absurdas que tenía que  "ignorar" me hacían enfadar tanto.

Pensé en simplemente golpearlo hasta que no pudiera hacer más esas muecas que me molestan.

Hasta que ya no pudiera decir esos comentarios de tan mal gusto.

Estaba tan seguro de que nadie iba a sufrir por el, me pareció la mejor opción.

Hasta que llegué ese día decidido y lo encontré llorando.

Mi primer sentimiento fue de satisfacción, pensé "alguien le dio su merecido"

Quería saber que lo hizo llorar, quizá para usarlo a mi favor luego o simplemente mejorar esa buena sensación que tenía, me acerque a el y como si de un amigo se tratara para preguntar que pasaba.

Y como esperaba me evito e insulto antes de irse.

Aún asi hay oídos en todas partes y no tarde en enterarme de lo que le pasó.

Su padre había sido asesinado.

No estoy seguro si fue un robo o quizá un atentado, al instante ese momento que fue de satisfacción hace poco se convirtió en una sensación de repudio a mi mismo.

No estaba en posición de ofrecer mis condolencias, o al menos eso pensé al momento.

Así que simplemente seguí con mi vida, el dejo de ir al colegio.

Supongo que el padre era el proveedor pero su madre era la única que estaba como tutora de el ya que al parecer estaban divorciados y él vive con su madre.

Nunca más supe de el.

Y por más raro que parezca, sentí un vacío.

Mi vida se había vuelto más monótona y aburrida.

Sentía que me faltaba algo.

Los días parecían repetirse y los problemas multiplicarse.

Hasta el día en el que entraron a robar mi casa, afortunadamente estábamos todos fuera.

Me hizo pensar en qué sería de nosotros si no hubiéramos estado fuera en ese momento.

Solo pensarlo me hizo sentir una impotencia enorme, esto junto al tremendo momento de monotonía aburrida que estaba viviendo me hicieron buscar maneras de aprender defensas personales.

Por la zona en la que estaba no encontraba prácticamente nada, hasta que vi un pequeño panfleto antiguo sobre un gimnasio de boxeo a apenas unas cuadras de mi casa, quizá curiosidad o un presentimiento fue lo que me hizo ir a penas lo vi.

Y fuera del edificio encontré a un señor bastante mayor de unos 70 años aproximadamente.

Pregunté acerca del lugar y solo me dijo que estaba cerrado, me dio un formulario y se marchó.

En el formulario decía que necesitaba consentimiento por escrito de padres y un costo mensual de una cantidad pequeña de dinero, el dinero era poco entonces de una manera y otra lo podría juntar fácil pero el consentimiento me iba a dar más problemas.

Busque quien me ayudara a falsificar uno.

Conocí a  un hombre que decía ser un vendedor de antigüedades, pero más bien parece que vende chatarra y como a varias personas antes de él le pedí ayuda, el aceptó casi de inmediato.

Agradecido me fui de el lugar pero antes alcance a escuchar que hablo con alguien a susurros como si de algo malo se tratara.

Asi me inscribí en un gimnasio de boxeo cercano.

Naturalmente por la zona en la que me encontraba no era lo mejor que había, estaba sucio, descuidado y con apenas un costal.

No era un gran problema la falta de cosas ya que solo estaba yo y una chica más.

Se llamaba Constanza si no recuerdo mal.

Hablé con ella y resultó ser una persona inteligente e interesante, teníamos muy pocas cosas en común y eso hacía más interesantes las cosas ya que no éramos polos opuestos, más bien éramos dos extremos de la misma cara de una moneda  conociéndonos.

La curiosidad me mataba de saber que pensaba acerca de mi, le pregunté y lo único que me respondió fue una palabra "aburrido" 

No me gustaba que me viera como alguien aburrido o que no hiciera nada así que me abrí con ella.

Fue la primera vez en años en la que me abrí con una persona.

Nunca supe dónde vivía ella pero no era necesario simplemente dejamos el gimnasio todos los días y pasábamos las tardes juntos hasta que se ponía el sol.

Lo único que podía pensar era el verla y hablar hasta el cansancio el día siguiente, todos mis problemas habían pasado a segundo plano.

Los problemas en casa seguían aumentando pero ya no me importaban más.

La gota que derramó el vaso fue el día que vi a la policía fuera de mi casa.

Me pareció raro ya que casi nunca atienden asuntos por aquí, no tuve que acercarme para suponer que sucedió.

Decidí irme a algún lugar mejor, quizá una ciudad o quizá el bosque era más tranquilo.

No quería ir sólo así que una tarde le pregunté a Constanza si quería ir, ella aceptó casi de inmediato.

Ella quería ir de pueblo en pueblo hasta encontrar una ciudad, yo preferiría la tranquilidad del bosque pero no podía decirle que no.

Empezamos a ir de pueblo en pueblo como lo habíamos planeado, la comida era un problema por lo que en cada pueblo buscaba alguna manera de generar algo y así poder seguir adelante un día más.

Estaba ignorando completamente los pueblos que nos rodeaban, lo único que me importaba en ese momento era ver una sonrisa en su rostro.

En un pueblo cercano encontramos al mismo hombre que me ayudó antes, lo salude y le conté la situación.

Entre carcajadas solo me dijo "nadie sería tan tonto para salir así de su hogar", me enoje y me fui de ahí pero en parte estaba de acuerdo con el, me estaba arrepintiendo de haber abandonado la vida que tenía.

Pero solo con ver lo feliz que ella estaba no podía parar en este momento, tenía que continuar y llegar hasta alguna ciudad.

Varios pueblos adelante pregunté si había una ciudad cercana y sorprendentemente así era, decían que estaba a penas a unos cuantos kilómetros.

Eso me lleno de emoción y fui a contarle rápido a Constanza pero lo único que vi fue a un adulto reteniendola e impidiéndole el paso.

Intenté ayudar pero fue inútil, entonces en el calor del momento tome la piedra más cercana y pesada que pude cargar y arremeti contra el.

Lo golpee en varias ocasiones hasta que dejo de interponerse.

Sali corriendo de ahí lo más rápido que pude en dirección a la ciudad.

Corrí hasta estar exhausto y me dormí bajo el árbol más cercano.

Ya en la mañana me despertó Constanza, solo me dijo "casi llegamos, hay que seguir"

Me puse de pie y continúe caminando.

Mientras seguía alejándome de todo comencé a pensar con una claridad que no tenía antes.

Comencé a preguntarme cómo habría un gimnasio de boxeo funcionando en el lugar donde vivía.

Un gimnasio tan demacrado por el tiempo y por la falta de cuidado sin un entrenador aparente.

Una chica sola en un lugar así.

Las horas pasaban.

El día parece ser más rápido cuando no tienes nada que hacer.

Quién querría comprar artilugios viejos.

Aquel hombre vendía basura que un niño pudo recolectar y guardar como sus objetos preciados.

Me sentía cansado y tenía la visión nublada.

Pero nunca había tenido tanta claridad.

Necesitaba una excusa para irme.

Necesitaba una razón para no hacerlo.

Necesitaba a alguien a quien querer.

Alguien a quien defender.

Alguien a quien odiar.

No a mi mismo.

No quiero ser. 

Aburrido.